Nos encontramos a principio de los años 70, cuando el segundo de a bordo del FBI, Mark Felt, Liam Neeson (El pasajero, K-19: The widowmaker), hombre por y para el FBI, lleva las riendas de la oficina debido a que su jefe, Hoover, es ya muy mayor. Su vida dará un giro, cuando su jefe fallece y la Casa Blanca por orden de su presidente Richard Nixon, coloca como jefe del FBI a un lacayo suyo, Marton Csokas (The Equalizer). A partir de ese momento, Felt empezará a filtrar información a la prensa para evitar que el gobierno tome el control del FBI.
Peli de 2017 dirigida por Peter Landesman que sinceramente no me gustó mucho, a pesar de que históricamente fue determinante para el futuro del gobierno de los Estados Unidos.
El problema es que el director desde mi punto de vista, quiso tocar tantos puntos que se perdió por el camino. Pasaba de una escena a otra sin ton ni son, con saltos en el tiempo y metiendo a personajes que estaban en escena unos pocos segundos, como si tuviese en contrato que esos actores tenían que salir sí o sí. Vamos, un pollo de mil pares de narices.
Luego el prota se veía dando información, luego hablando con su jefe, luego con sus colaboradores, otra vez con su jefe, etc, etc. Y así toda la puñetera peli.
Una pena, porque si el tema ya es interesante de por sí, con el pedazo de reparto que tiene todavía más: Los colaboradores son Tony Goldwyn y Josh Lucas, sus ayudantes son Ike Barinholtz y Brian d’Arcy; su mujer es Diane Lane, los ayudantes del presidente son Michael C. Hall y Tom Sizemore. El periodista es Bruce Greenwood y en pequeños papeles Noah Wyle, Wendi McLendon-Covey, Eddie Marsan, Kate Walsh y Maika Monroe como la hija.
Si queréis ver una peli buena de verdad sobre este tema, Los archivos del Pentágono. Tendré que volver a ver “Todos los hombres del presidente”, que recuerdo que fue la primera sobre este tema, pero como hace tantos años que la vi, ya ni me acuerdo.
Ciao!