Nos encontramos en un pequeño pueblo del sur de los Estados Unidos en 1966. Acaba de haber un asesinato y el policía del pueblo, Rod Steiger (El fin de los días) le pide a su ayudante, Warren Oates (El trueno azul) que busque al culpable. Al poco rato le trae a un hombre de color, Sidney Poitier (Locos de remate) como culpable. Una vez que el sheriff lo acusa, le pregunta que cómo se confiesa, el hombre le dice que inocente ya que es inspector de policía en Filadelfia, concretamente especialista en asesinatos. Desde ese momento y muy a su pesar, el inspector tendrá que ayudar al sheriff.
Ya veis que no todo lo que veo es de esta época.
Esta película es de 1967 y dirigida por Norman Jewison. Sigue estando tan bien como la recordaba, ¡menos mal que alguna pelis no envejecen!.
Pedazo de interpretaciones de Rod y Sidney, casi toda la historia se basa en ellos dos y en sus diálogos y os puedo asegurar que no aburre. La peli está muy bien llevada en todo momento y lo único que estás esperando es que descubra al asesino.
Lo que es una pasada es ver el puto racismo que había en aquellos tiempos, ¡joder, qué eran los años 60, por favor!, no estamos hablando de hace 200 años, sólo de 50, ¡acojonante!.
En el reparto además de los citados, gente conocida como Scott Wilson haciendo del ladrón, la viuda es Lee Grant, el alcalde es William Schallert y el barman es Anthony James.
Si queréis ver algo de antes que valga muy mucho la pena…
Vayan a vela!
Ciao!
El cine de Rickydepor 