Un ex boxeador alcohólico y desahuciado, Johnny Harris (Los últimos días en Marte), decide pedir ayuda a su antiguo entrenador, Ray Winstone (El sueño de Jimmy Grimble) para volver al gimnasio. El entrenador lo hará con la condición de que no tome ni una sola gota de alcohol. Una vez empieza a entrenar, un amigo de la juventud, Ian McShane (La batalla de Inglaterra) le buscará una pelea clandestina para ganar algo de dinero.
Película británica de 2017 dirigida por Thomas Q. Napper que está normalita.
Al principio es bastante deprimente y según se desarrolla la historia no tiene en ningún momento nada emocionante que destaque. Una película plana de principio a fin.
No entiendo a estos directores que vuelven una y otra vez con la misma cantinela, de contarnos una historia de un tío acabado que quiere reverdecer viejos laureles. Esto ya está visto hasta la saciedad y sino nos vais a mostrar nada nuevo, mejor pasar de hacerla.
En el resto del reparto, el único destacable es el ayudante del gimnasio, Michael Smiley.
Si os van las pelis de boxeo, cualquiera de Rocky le da mil vueltas a la de hoy.
Ciao!
El cine de Rickydepor 