Un abogado de renombre, Masaharu Fukuyama, va a defender a un hombre, Koji Yakusho, que está a punto de ser juzgado por un asesinato y que ya había cometido uno doble hace treinta años. Casi no cuenta con argumentos para defenderlo, pero según se va entrevistando con el presunto culpable salen a la luz nuevos datos que pueden cambiar el destino del reo.
¡Buff!, me puse a verla porque leí que la ponían muy bien y no acabo de comprender bien porqué narices es.
Película japonesa dirigida por un tal Hirokazu Kore-eda en 2017, que desde aquí le recomendaría que la próxima la haga con un poquito más de espabilina y cordura.
Vamos a ver, yo si soy el abogado del maromo ese, a la segunda vez que me cambia la versión de los hechos… ¡lo mando a tomar por culo!, y mientras me voy le digo ¡vete a vacilar a tu madre!.
¿Os queda claro de por dónde van los tiros de que no la entienda?. Y me da igual que hablen toda la peli y que no haya tiros, es que hay cosas que no pueden ser, por muy japoneses que sean y todo lo respetuosos que parecen.
Si queréis ver una buena sobre juicios, la de Robert Downey Jr. y Robert Duvall, El juez.
Eso sí, si os va lo progre, ¡toda vuestra!.
Ciao!