Dos amigos, Gene Wilder (El jovencito Frankenstein) y Richard Pryor, que viven en New York, acaban de perder sus trabajos por lo que deciden irse al oeste. Por el camino pararán en una pequeña ciudad para conseguir un trabajo y una vez lo tienen, son acusados de atracar el banco en el que trabajaban de animadores. Sentencia, 135 años. Ambos hombres no dan crédito a lo sucedido cuando saben que son inocentes. Una vez en la cárcel, uno de ellos descubrirá delante del alcaide, que tiene un don especial para ser un cowboy.
Simpatiquísima película de 1980 dirigida por Sidney Poitier. Ya la había visto en su día y me había escarallado de risa, hoy no fue para tanto, pero todavía le llegó para que me saliera alguna carcajada de vez en cuando.
La verdad que tiene momentos muy logrados, uno de ellos por ejemplo cuando vuelven a la celda después de hacer trabajos forzados, ¡buenísimo!.
Esta es la segunda película de cuatro, en la que ambos actores trabajaron juntos. La primera fue “El expreso de Chicago” con la que me había reído mucho, posteriormente a la de hoy hicieron otra que recuerdo bastante simpática, “No me chilles, que no te veo”, para acabar su relación con la bastante flojita, “No me mientas que te creo”, decir que en esta última Richard ya padecía un cáncer que desgraciadamente acabaría con él.
El alcaide está interpretado por Barry Corbin, su guardia de confianza es Craig T. Nelson, el amigo presidiario de éste es Jonathan Banks. Los amigos que hacen en la cárcel los protas son: El mexicano es Miguel Ángel Suárez y el gay es Georg Stanford Brown. El abogado de ellos es Joel Brooks y su prima es JoBeth Williams.
Como curiosidad decir que JoBeth y Craig, trabajaron juntos de protagonistas dos años después en la muy buena “Poltergeist”.
Si os queréis reír un rato largo…
Vayan a vela!
El cine de Rickydepor 