Creed. La leyenda de Rocky

Un niño problemático criado en centros de acogida se encuentra un día con que una mujer, Phylicia Rashad, lo acoge en su casa porque era la mujer de su padre. Ya de mayor, Michael B. Jordan (Cuatro Fantásticos, Red Tails), es un joven con estudios y un buen trabajo pero lo que más le gusta es boxear. Decidido a seguir la carrera de su padre lo deja todo para irse a Filadelfia y ser entrenado por  el gran Rocky Balboa, Sylvester Stallone (Los mercenarios 3, La gran revancha), pero Rocky está retirado y no tiene ganas de entrenarlo, aunque el joven es persistente e intentará que cambie de opinión.

Se deja ver, el que no haya visto las seis anteriores seguro que le gusta y mucho, pero si sois de los míos que os habéis comido toda la saga, es normalita, más de lo mismo.

En su haber, deciros es que es muy difícil después de tantos Rockys hacer algo distinto y que sorprenda. En su contra, la historia de hoy es muy parecida al primer Rocky.

Y lo peor de todo (siempre desde el punto de vista de un fan de Rocky) es que le falta la excepcional banda sonora que tenían las de Sylvester creada por Bill Conti. Se echa mucho de menos cuando entrena o cuando es el combate, eso es incomparable.

Esto es un comentario aparte, será posible que a todos los afro-americanos les guste el hip-hop, porque no hay una puñetera película en la que escuchen otro tipo de música.

La novia de Creed es Tessa Thompson, el dueño del gimnasio de Filadelfia es Ritchie Coster, el boxeador inglés es Tony Bellew y su manager es Graham McTavish. El gerente del gimnasio de Los Ángeles es Wood Harris.

Por cierto, Sylvester es un actor que me encanta, me la sopla que digan que no es un buen actor, para mí sí, lo que no entiendo es que lo nominen por esta película, da la sensación de que lo hacen porque en Hollywood tienen sentimiento de culpa y ahora quieren redimirse.

Si os visteis las otras seis igual que yo, no os queda más remedio que ver esta, el resto… vosotros mismos.

Ciao!