Road House (De profesión: duro)

roadUn vigilante profesional, Patrick Swayze (Donnie Darko, Dirty dancing) de negocios de espectáculos recibe la oferta del propietario, Kevin Tighe (Munford), de otro similar en el interior de los  EEUU, pero que está casi en quiebra porque va lo peor de cada casa. Cansado de la ciudad, decide aceptar la oferta pero con una condición, él será el jefe absolutamente de todo hasta que el negocio vaya bien. Al principio, además de lidiar con los clientes,  tendrá que hacerlo también con los trabajadores corruptos y con el «amo» del pueblo, Ben Gazzara (13-Ruleta rusa).

Ya llovió desde que se hizo esta peli allá por el 89, la recordaba como entretenida y que te hacía pasar un buen rato. Bueno, pues después de tanto tiempo se sigue dejando ver, pero hay momentos en los que chirría y huele a rancio.

Hoy en día, que en un local como ese la peña se dé de hostias y resulta que no va ni un puñetero policía, es muy difícil de creer. Ya me pueden decir en la peli que la poli está comprada por el malo de la historia que es igual. Porque existe una policía federal llamada FBI, que tendría que tomar cartas en el asunto y que está desaparecida en combate, bueno como la del puñetero pueblo, que debía tener los huevos pelados de rascárselos porque hasta la última escena de la peli no aparecen, ji,ji,ji… ¡qué cachondos!.

Resulta que por el medio de la historia hay muertos y como si nada, ¡a tomar por culo!, va, los enterramos que no hay Dios que se preocupe de ellos.. ¡pa flipar!.

¡Ah! y hablando de hostias, aquí se dan hasta en el carnet de identidad y como si nada, un poco de Betadine y un par de tiritas y a tomar por culo, ya están para otra ondanada de hostias. Aquí queda claro que ya viene de muy atrás eso de darse y que no pase nada.

Por no hablar de la escena en la que el prota pelea a muerte con uno de los malos y la chica aún encima tiene más que decir. ¡Vamos a ver muchacha!, si a tú mozo lo quieren matar con una pipa, y él se defiende y le hace lo que le hace, ¡al menos no te enfades con él, coño! ¡qué se está defendiendo!.

Y hablando de la muchacha, Kelly Lynch, de lo mejor de la peli, además de guapa, estaba muy, pero que muy rica.

Acompañando al prota, un actor que siempre me gustó, Sam Elliot; el que cantaba en el garito, que por cierto lo hacía genial, Jeff Healey. El dueño de la ferretería era Red West.

Al que le gusten las pelis de machos-men, esta es de las vuestras.

Ciao!

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