El planeta Krypton está a punto de desaparecer, el mejor científico que tiene, Russell Crowe (La trama) se ve en la obligación de enviar a su hijo recién nacido a la Tierra, donde será el ser más poderoso. Una vez adulto, Henry Cavill (La fría luz del día) tendrá que ocultar sus poderes tal como le dijo su padre adoptivo, Kevin Costner (The Guardian), para que el mundo no le tema. Hasta que un día ocurre algo increíble.
¡Espectacular!, impresionante, una historia muy buena, adaptada a estos tiempos, con una acción constante y que te deja con ganas de más.
Sé que las comparaciones son odiosas, pero viéndola con la original Superman, son el día y la noche. El que la recuerde, estará de acuerdo conmigo que tardaba más que Dios en empezar la acción, bien pues aquí el director, Zack Snyder (300), supo intercalar muy bien las historias, tanto cuando estaba en Krypton, como cuando está en la Tierra.
Y hablando del director, no las tenía todas conmigo después de la castaña de «Watchmen», pero hay que reconocer que hizo un gran trabajo con esta película.
En el resto del reparto de los más conocidos: Haciendo de madre adoptiva la bella Diane Lane; el malo de turno es Michael Shannon; el editor del periódico, es Laurence Fishburne y por fin hay una hermosa Lois Lane en el cuerpo de Amy Adams, porque Margot Kidder era un callo de cuidado.
Después, entre el ejército yanki figuran Harry Lennix, Richard Schiff y Christopher Meloni; el compañero de Lois es Michael Kelly.
Las escenas de peleas entre Superman y los malos, tanto en Smallville como en Metrópolis son la ostia.
Lo dicho, que hay que ir cagando leches al cine y disfrutarla, porque vale muy mucho la pena pagar los 8 o 10 euros por semejante peliculón y no por las castañas que se ven normalmente.
Vayan a vela!
Ciao!