Dos ex-marines, Steven Seagal (Machete, Decisión crítica) y Steve Austin (El clan de los rompehuesos, La isla de los condenados), están al cargo de desmantelar una cárcel secreta. Cuando ya están acabando, les llegan dos reas que los meterán en muchos problemas.
No tenía ni idea de quién trabajaba ni de que iba, pero cuando vi que salía Steven me dije ¡castañita que te crió!.
Al principio la cosa pintaba a algo normal tirando a flojo, pero una vez vista la primera cantada… ¡se jodió! y a partir de ahí al director y compañía se les fue la pinza para hacer otra castaña digna de Steven (sus pelis nunca fueron buenas, pero valían la pena por las hostias que daba, pero es que ahora… pobre chaval).
Sólo voy a contar un detalle: Vamos a ver, si te están disparando y tú no tienes un arma y da la puta casualidad que puedes coger una… ¿por qué coño no la coges?, ¡de puta pena!. Ah, y la cárcel debía de ser de grande de Coruña a Santiago porque no daban llegado nunca a los sitios.
Lo único bueno de ver estas castañas es que luego aprecias mejor las películas decentes, ya no digo buenas, sólo decentes.
Ciao!