Un restaurador, Colin Firth (¡Mamma mia!, Kingsman. Servicio secreto) y experto en el arte de la pintura, tiene un plan perfecto para timar a su jefe, Alan Rickman (Jungla de cristal, El mayordomo). Para ello necesitará de la ayuda de una americana muy peculiar, Cameron Díaz (Qué esperar cuando estás esperando, Un domingo cualquiera).
E aquí una de las castañas que mencionaba en una de las pelis de atrás. ¡Menuda gilipollez!, no vale ni pa tomar por culo.
¿Pero quién coño le dijo a Colin de hacer semejante estupidez?, ¿acaso se cree que es capaz de hacer lo mismo que el genial Peter Sellers y ser gracioso?, ¡por favor!.
Y el papel de la Cameron, visto hasta la saciedad en muchas de sus supuestas comedias. Menos mal que Alan estaba aquí para hacer algo pasable semejante bodrio, porque os juro que era para apagarla. Ah, y comentar que el bueno de Stanley Tucci también tiene un pequeño papel.
Ciao!